El Alma Secreta de los Objetos
Desde que somos pequeños imaginamos qué queremos ser de mayor, y a medida que crecemos hacemos por acercarnos a nuestro sueño, o al menos eso intentamos. ¿Que pasaría si un objeto cotidiano como una cuchara no se conformara con el simple hecho de cumplir su cometido de acercar comida a la boca? ¿O si un escurre-verduras llevara en su interior la empresa cósmica de iluminar nuestras vidas? Parece el planteamiento de un monólogo de Luis Piedrahita, pero nada más lejos de la realidad.
Hay un artista revolucionario, llamado Pichiglas, que es capaz de ver el alma oculta de los objetos, un ser visionario que descubre qué se esconde realmente tras esos utensilios que nosotros tratamos tan desdeñosamente y les proporciona una nueva vida, que para nuestro asombro, jamás habríamos imaginado de esa manera. Ese liberador, ese mesías de las pequeñas cosas, ese reciclador de cachivaches aparentemente poco aprovechados, redime de cualquier uso poco apropiado que hayamos podido darle al objeto para vestirlo de glamour y sofisticación con el único propósito de hacernos la vida mucho más agradable.
Cubiertos, fiambreras, cajas, exprimidores... cualquier cosa es despojada de su fin originario para convertirse en una lámpara de diseño, en una estanteria que marca tendencias o en un detalle kitsch que cambia por completo un rincón de nuestra casa.
Pichiglas, tras alcanzar cierto éxito con sus objetos decorativos y complementos, expande sus inquietudes hacia el interiorismo de locales de moda y peluquerias, y el diseño gráfico, y seguro que en muy poco tiempo llegará a ser un icono más de los que pueblan nuestra cultura pop.
Sus creaciones podrán gustarte o no, pero nunca dejarán de asombrarte.
Visita su alucinante web (con una música llena de loops hipnóticos) y descubre el mundo donde habitan los duendecillos de la casa de Luis Piedrahita.
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