Pelis Cruzadas

He tenido la oportunidad de ver Crash, la cinta ganadora del oscar a la mejor película de este año y realmente merece el galardón. Siguiendo la estela de Magnolia o 21 Gramos, Crash presenta una historia coral de personajes y tramas que terminan entrecruzándose aunque sin llegar a rayar la maestría de las anteriores.
La película utiliza como excusa un accidente de tráfico para mostrar el choque que realmente importa en la historia, el de las distintas razas que conviven en la ciudad de Los Ángeles y en qué medida la incomprensión, el desconocimiento y el miedo que tienen unos vecinos de otros propician situaciones y conflictos nada deseables y parcialmente evitables con un poco de sentido común y falta de prejuicios. Tal vez se explota en demasía el uso de personajes de tan diverso origen para resaltar este choque de culturas que se vive hoy en día en EEUU pero sirve para mostrar una América que no asimila gentes sino que las mantiene apartadas en sus propias comunidades: parece que ya no está vigente la teoría del Melting Pot (el inmigrante asimila la cultura del país al que va para formar parte del todo) sino la de la Salad Bowl (el todo se compone de distintas etnias diferenciadas que mantienen su cultura e idiosincrasia).
Es muy destacable la banda sonora, sobre todo la última canción que realza el clímax del argumento.
He de confesar mi debilidad por este género donde el principal personaje no suele ser ninguno de los que aparece en pantalla sino la casualidad misma que genera muchas de las tramas y resuelve la mayoría de los desenlaces, recordando al espectador la futilidad de su propia existencia y al mismo tiempo lo maravilloso de ese sin sentido.
Si te gusta el cine intimista y descubrir que la vida está llena de sorpresas de todo tipo no debes perderte Vidas Cruzadas de Robert Altman, Amores Perros y 21 Gramos de Alejandro Gonzalez Iñárritu (con guión de Gillermo Arriaga), Magnolia de Paul Thomas Anderson y Dos Vidas en un Instante de Sydney Pollack.